jueves, 16 de agosto de 2007

Cría cuervos: gajes de la tranversalidad. El caso Groppi

La táctica nos tiene acostumbrados a eso de la “sábana corta”. O se tapan los pies o se cubre la cabeza. Esa parece ser la situación del Gobierno Nacional a 3 meses de las elecciones presidenciales.

A frente abierto este pasado martes – con el relanzamiento de Cristina Fernández de Kirchner como candidata a Presidente y del actual Gobernador de Mendoza, Julio Cobos, como candidato a vicepresidente- se le suman a los escándalos de corrupción de la “bolsa” de Felisa Miceli y de los 800 mil dólares de Antonini Wilson.
Por si todo aquello fuera poco, aun le queda definir en algunos municipios de la Provincia de Buenos Aires a quién dará la venia para llevar en la boleta el sello de Frente para la Victoria. Un caso testigo de los problemas que tiene el Gobierno para esto último es el municipio de Esteban Echeverría y su intendente Alberto Groppi, al que en los últimos meses le han llovido denuncias y sospechas.



Historia del Intendente eterno.

Alberto Groppi tiene larga historia en el Gobierno de Esteban Echeverría. Es uno de los Intendentes “eternos”. Desde 1995 está al frente de la intendencia. En las elecciones de Octubre iría por la re- reeleción. Pero eso es una historia extensa. Hace muchos años, en 1976, en Argentina se perpetró un golpe de Estado. Hace también muchos años, se designaban como gobernadores de los municipios a civiles con el cargo de Comisionados Municipales. Hace casi la misma cantidad de años, en 1979, Alberto Groppi era designado Comisionado en Esteban Echeverría.

“Sólo argentinos protagonistas que comprendan la importancia histórica de estos actos y su prospectiva serán artífices de ese futuro que tanto anhelamos”, dijo en 1979 el subsecretario de Gobierno provincial, Eduardo Pizzagalli, al presentar a Groppi como cabeza del municipio.

Por su lado, Gualberto Mostajo, quien asumió como ministro de Gobierno en ese año aclaró que “la incorporación de civiles a la función de gobierno, no implica una apertura electoralista, ni siquiera una aceleración de un proceso de esta índole”.

Quizá a esta altura sea necesario recordar – ante la posibilidad de que alguien no pueda creerlo- que a quién presentaban con esas palabras era al mismo que hoy es Intendente elegido de Esteban Echeverría y candidato a la “enésima” reelección, el inefable Alberto Groppi

De como te doy la mano y después te la suelto.

Pero lo historia no termina. A principios de Julio del año corriente, los despachos de Gobierno de Esteban Echeverría sufrieron el cimbronazo de ver por televisión como las esperanza de una reelección segura se esfumaban. El canal América había descubierto en la periferia del distrito lo que sería el quinto centro clandestino de detención de Esteban Echeverría. En unos campos- rigurosamente custodiados- unos chicos encontraron un esqueleto. Al enterarse la Justicia, se procedió a la inspección ocular encontrándose en el lugar una construcción abandonada que contaba con un sótano además de un vehículo perteneciente al ejército. La Justicia no descarta que ese lugar allá sido un centro de detención transitoria o una unidad sanitaria, debido a que el lugar es conocido como la Maternidad.

Además, durante la gestión de Groppi, en Monte Grande- cabecera de partido de Esteban Echeverría- funcionaron cuatro centros clandestinos de detención –que pueden observarse en la investigación “Nunca Más”, Anexos, Tomo II–. Ellos son:

  • --) El Centro de Instrucción Profesional de Aeronáutica (CIPRA);

  • --) la Unidad Penitenciaria de Mujeres de Ezeiza;

  • --) La 205; Ruta Nacional Nº 205, sobre margen izquierda a 300 metros del acceso a la 205 desde Autopista Riccheri

  • --) La Comisaría Primera de Monte Grande
El quinto sería el que recientemente se descubrió en Transradio.
En la misma gestión desaparecieron más de 300 personas en Monte Grande. Entre ellas, se encuentran Juan Sergio Andrada Cáceres (“Nunca Más”, Anexos Tomo I pág. 56); José Infuso Spina (“Nunca Más”, Anexos Tomo I pág. 58); Miguel Ángel De Lillo Vázquez (“Nunca Más”, Anexos Tomo I pág. 262).

Por si fuera poco, han trascendido varias fotografías del Intendencia echeverriano con jefes de la junta militar y otros altos mandos de los años de la dictadura. Que se suman a las que lo muestran recorriendo los terrenos en que esta “ La maternidad”.


Pero no sólo este problema tiene Groppi. En noviembre pasado, Luis D’Elía lo denunció por malos manejos en el otorgamiento de la concesión de la recolección de residuos a la empresa TUQSA.

Por otro lugar, el Gobierno tuvo un fuerte cruce con el Intendente echverriano por el caso de amenazas a Agustina Tula, empleada del Museo de la Campana e hija de padres detenidos en los pozos de Banfield y de Quilmes en 1977. Las amenazas vía e – mail le advierten que “tus padres se salvaron pero a vos te vamos a picanear”. En la política de derechos humanos del Gobierno Nacional no caben quienes se desentiendan. Es así que desde la presidencia llegó el ultimátum para que Groppi atienda a Tula. El intendente lo hizo pero sin darle importancia. No es la única vez que se rebeló al Gobierno Central. Ya lo había hecho al desoír el pacto de bajar las tasas municipales; no sólo eso sino que las subió.

Con la salida a la luz del posible nuevo centro de detención, para el Gobierno K, Groppi pasó de ser un apoyo a convertirse en una piedra en sus zapatos. Es así que decide quitársela.

Vuelta al principio

Las historias tienen un final, sin embargo este está por escribirse. No se deberá esperar mucho. El gobierno ha decidido desde hace un tiempo soltarle la mano a Groppi borrando con el codo las alianzas y pactos que escribieron a base de fotos y actos. Es recordada la presentación de Kirchner en Esteban Echeverría cuando acusó al Diario La Nación de estar atentando contra el Gobierno.


Ahora que no es políticamente aprovechable, el mismo Gobierno que permitió que Groppi participe de su lista en 2005 y que lleve agua para el molino K, le da vuelta la cara. Y no solo eso: el Diputado Nacional y apoderado del Frente para la Victoria, Carlos Cuto Moreno se encargó de aclarar que el partido del presidente no tiene” nada que ver con la historia de este señor (Alberto Groppi). No sé como el intendente puede vivir con ese cargo de culpa”.


Mientras tanto, el “eterno” Groppi insiste es decirse kirchnerista para “colgarse” de la lista de Cristina Fernández de Kirchner; algo hoy por hoy casi imposible. Los demàs candidatos del municipio también buscan la bendición K. Todos buscan la foto con el presidente y se proclaman candidatos del oficialismo. Por su parte, el Gobierno busca quitarse la mayor cantidad de piedras de sus zapatos – por cierto muchas a esta altura- para correr la recta final hacia octubre sin trabas. El gobierno se tapa alternativamente la cabeza y los pies. Estrategias y tácticas del poder. La vieja historia de la sábana corta.








miércoles, 15 de agosto de 2007

Espirales de odio - "La persistencia" de Griselda Gambaro













“Que sufran como sufrieron los nuestros. Que griten, que balen como cabras con las patitas quebradas. Que al nacer no encuentren el pecho de sus madres”

Esas son las palabras de Zaida, el personaje principal de “La persistencia” – obra de Griselda Gambaro- que le toca representar a Carolina Fal.

La tragedia nos muestra la historia de una familia chechena que participa de la lucha armada contra Rusia. El fragmento que se nos presenta trata sobre la decisión de Zaida de acompañar a los hombres en el copamiento de una escuela. Pronto Zaida nos llevará de la mano a descubrir el ilimitado poder de resentimiento de que es capaz- no sin hacernos reflexionar sobre nosotros mismos y los que nos rodean.

Esa es la excusa que toma Griselda Gambaro para hablarnos sobre el odio y la capacidad de violencia que puede generar el ser humano. Es así que Zaida probará en su mismo cuerpo esos sentimientos. “Ya me siento mejor”, dice luego de beber la sangre de su propio marido (Horacio Acosta) en una especie de ritual de transmisión del rencor. Todo observado por un dios impotente (Sandro Nunziata) que no atina a reaccionar ante lo patético del salvajismo humano, y sufrido por el hermano de Zaida (Gabo Correa) que infructuosamente trata de luchar contra la vorágine de horror.

Como es de costumbre en su teatro, Gambaro no escatima en utilizar el poder de las palabras para hacernos sentir la opresión, el dolor y el odio de Zaida. Es una obra de pecho apretado que requiere un espectador dispuesto a ser aguijoneado e interpelado, donde tanto texto como actuaciones y música se entrelazan sin forzamientos en una dirección madura de Cristina Banegas, que afirma: “La persistencia es una tragedia, una fábula de la muerte, un teatro filoso que nos atraviesa, nos despoja, nos abisma.”

Por otro lugar, la puesta es de una justeza extrema en donde lo visual es tan poderoso como lo textual pese a lo austero de la misma. No les hacen falta demasiados ornamentos a estos 4 actores y a su directora para emocionar hondamente.

En tiempos de extrema insensibilidad – motorizada quizá por el exceso de imágenes banales- la persistencia es aire fresco para ser respirado. Vale la pena entonces, hacer el esfuerzo para estirar el pescuezo y respirar. Aun sabiendo que no saldremos ilesos al final del último acto. Pero en fin, de eso se trata el teatro.